Lamentablemente, la Isla, un sitio que también forma parte del Distrito, es una zona muy rica que no está explotada y la educación en el lugar es un reflejo de lo que ocurre con los demás ámbitos.
Además hay un desconocimiento bastante profundo por parte de los vecinos acerca de la existencia de las Escuelas de la Isla.
El periódico El DEBATE dialogó con la Directora de la Escuela Nº 25 de la Isla, la Sra. Diana Olmos, quien informó que la escuelita a la que asisten más de 26 niños de las costas del Paraná se encuentra “abandonada, ignorada y olvidada” muchos de los alumnos que allí asisten viven a la orilla del río, es un lugar muy bello donde se puede trabajar mucho pero pareciera que no existiera.
“No tenemos el apoyo de nadie y la responsabilidad principal es de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, porque son los responsables de las escuelas públicas”.
Por ejemplo, la escuela tiene un perímetro delimitado con un alambrado muy precario, donde pasan animales que pueden ser peligrosos para los niños y docentes.
Olmos expresó que “hay muchos proyectos para hacer huertas, quintas, viveros pero si no tengo un perímetro delimitado y cerrado como corresponde no puedo trabajar. Hace años que en la escuela no se hace nada”.
La docente a cargo del establecimiento añadió que “cuando asumí como directora, hace un mes y medio, los yuyales tenían un metro de alto, con la existencia de roedores transmisores del Antivirus y la posibilidad de que se alojaran las víboras Yarará que trajo la creciente del río”.
Los reclamos de ayuda no fueron oídos por las autoridades por lo tanto “en esa situación tuvimos que trabajar hasta que Faplac (la maderera de la zona) nos mandó cuatro de sus operarios y un vecino de la Isla se acercó a cortar el pasto con un peón por iniciativa propia y nos dieron una mano. El Estado no se hace cargo absolutamente de nada, tenemos niños de jardín, desde tres años a nivel primario, con ellos, los maestros que estamos tratamos de enseñarles como podemos”, dijo con pesar.
Tecnología ¿para qué?
En la Isla esto ya fue probado y casi enseguida, quedó abortado. Olmos explicó que “fue un proyecto del Estado de instalar en todas las escuelas rurales, paneles que suministraran electricidad a través del uso de la energía solar, sabemos que es costoso, pero ocurre que las baterías fueron robadas hace muchos años, por lo que ahora se encuentran desde hace tiempo en desuso. Tenemos en mente pedir ayuda a las empresas para que nos puedan dar una mano en los paneles, aunque en realidad deberían hacerse responsables las autoridades estatales, ellos son los que deberían responder y se olvidan que está en juego la educación de los chicos”.
En riesgo permanente, la ineptitud del establecimiento parece ser directamente proporcional a la de los funcionarios que debie ran hacerse cargo de los mismos.
De hecho, hoy por hoy la escuela está inactiva por problemas de mantenimiento eléctrico. Los chicos asisten a tomar clases en las instalaciones que les ceden gentilmente en el Círculo Oficiales de Mar (COM).
Olmos remarcó que “en la escuelita estamos con desperfectos eléctricos y además los días en que no podemos cruzar el río en la lancha porque Prefectura nos da una alerta acerca del estado del río o por nieblas -dado que tenemos 40 minutos de viaje en lancha- lo que hace el club es brindarnos la posibilidad de dar las clases allí, e incluso, todos los días nos permite salir con las lanchas desde el club. Así que nuestro agradecimiento es enorme hacia el COM”.
La dificultades se hacen mayores porque “conseguir que una persona se acerque a la Isla a reparar por ejemplo algún desperfecto, un baño o lo que sea, es todo un triunfo porque realmente no hay comunicación entre la ciudad y la Isla”.
Diferencias
La falta de atención por parte de la Provincia, no es excusa para que desde el Municipio local nadie mire hacia la zona insular y menos aún hacia la escuela.
“Muchos papás de Zárate llevan a sus hijos a la escuela de la Isla de Campana, porque tienen doble jornada; el Gobierno los ayudó y dejó la escuela en perfectas condiciones, y la pobre escuelita de nuestro medio es una escuela sinceramente, “fantasma”, apuntó Olmos y añadió que “del Consejo Escolar realmente no tengo quejas hacia ellos porque hacen todo lo que está a su alcance, pero igualmente las cosas siguen sin hacerse. Vuelvo a repetir que el Gobierno Provincial y la Nación no hacen nada por las escuelas rurales e islas.
Necesidades
Explicó que “necesitaríamos una buena delimitación del terreno para que los chicos puedan volver a dedicarse al trabajo de la tierra que es la base fundamental. Trabajar los medios naturales lo que siempre se hizo desde nuestros aborígenes, trabajar el vínculo con la naturaleza, por eso es una pena que teniendo los paneles solares que ayudan a la no contaminación de la Tierra no puedan ser utilizados. Nosotros no podemos hacer huertas o viveros para que luego los chanchos ingresen a la escuela y se coman todo”.
En un pedido de apoyo a la comunidad, la Directora dijo que “estamos en la escuela desde las 09.00 hasta las 13.30, por si alguna persona se quiere acercar. En total somos tres maestros yo tengo grados y dirección a cargo y maestros de música, plástica, inglés y un profesor de educación física, que se acerca una vez por se-mana”.
“Sería maravilloso poder lograr que la gente tome conocimiento de la existencia de la Isla y cooperar con la educación de los niños”, finalizó Olmos.